“El Papa Francisco era un hombre valiente. Siempre buscó la paz. Miraba a todo el mundo con los mismos ojos, ya fueras blanco o negro, no le importara tu religión o lo que ponía en tu pasaporte. Quería ayudar a todas las personas”, asegura Imán Nader todavía impactada por haber vivido en las primeras filas de la Plaza de San Pedro el funeral del hombre que le cambió la vida.
Además de las más de 140 delegaciones internacionales que participaron en la solemne celebración de la Misa de exequias del Papa Francisco, en las primeras filas también tomaron asiento un grupo de personas sin techo y varias familias de inmigrantes. En total, 40 personas que, durante estos 12 años de pontificado, han experimentado de cerca la ternura del Pontífice.
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Entre ellas estaba esta joven kurda, de 31 años, junto a sus cuatro hijos y su marido, que tuvieron que huir de Irak ante el avance de la violencia iracunda del Estado Islámico y el hartazgo por la falta de servicios mínimos y oportunidades para el futuro.
Imán es una joven kurda que huyó del Estado Islámico y se pasó varios años atrapada en un campo de refugiados en Chipre junto a sus 4 hijos y su marido. Gracias al Papa pudo comenzar una nueva vida en Roma. Hoy le dijo adiós en San Pedro @aciprensa @EWTN pic.twitter.com/JsvV3Mp9rE
— Victoria Cardiel (@VictoriaCardiel) April 26, 2025
Pero su intento por llegar a Europa se quedó anclado en Chipre, donde pasó atrapada con su familia, en un campo de refugiados plantado en un descampado de barro, más de dos años. Entonces conoció al Pontífice, durante el viaje apostólico que realizó a este país en 2021.
“Nos salvó”, desliza tras constatar las terribles condiciones de vida que padecían en el campo de refugiados sin agua potable, ni comida y malviviendo en una tienda de campaña con el techo de plástico que apenas los resguardaba de la lluvia.
Cada vez que miraban al cielo y estaba nublado “temíamos que el agua acabase filtrándose por las paredes de la tienda. Si entraba el barro, luego era desesperante conseguir limpiarlo y secarlo todo”, describe.
“Siempre he confiado y amado a Dios. Recé mucho para cambiar mi vida y Dios me respondió al mandarme al Papa Francisco que ha sido nuestro ángel”, asevera.
De hecho su encuentro fue totalmente fortuito. O mejor dicho, caído del cielo. Se enteraron por los medios de comunicación que el Papa Francisco iba a viajar a Chipre y esta familia, que es musulmana, quería ver de cerca a aquel hombre vestido de blanco que tanto hablaba de paz y fraternidad.
Así que el 3 de diciembre del 2021 se plantaron en la iglesia de la Santa Cruz, en Nicosia. Imán se sentó —cubierta con su habitual hiyab— en el último banco, sin querer llamar demasiado la atención. Pero el Pontífice la notó enseguida y al salir le dio un fuerte apretón de manos y le dedicó su mejor sonrisa.
Lo que entonces no sabía Imán es que ese momento cambiaría para siempre su vida y la de su familia. Cerca de ella se encontraba Silvina Pérez, que lidera la edición española de L’Osservatore Romano. Se intercambiaron los teléfonos y mantuvieron el contacto durante varias semanas. Hasta que un día, Imán se armó de valor y le pidió algo imposible: salir de aquel infierno.
La periodista comenzó a mover los hilos para tratar de cambiar el destino de aquella familia e incluirlos en la lista de las personas seleccionadas para formar parte de los corredores humanitarios coordinados por la Comunidad de Sant’Egidio.
Pero era bastante complicado, así que llamó directamente al Papa Francisco, que no dudó ni un segundo en mediar por la familia de Imán y asumir todos los gastos del viaje.
“Cuando nos dijeron que nos iríamos de aquel lugar horrible, no podía creérmelo. Fue un regalo inmenso del Papa Francisco. Hoy, todos lloramos la muerte del Papa Francisco. Para mí ha sido el líder religioso más bueno que he visto jamás”, señala conmovida.
Imán y su familia aterrizaron en Roma en marzo del 2022. En este tiempo, han aprendido italiano, sus hijos frecuentan la escuela pública y ambos padres trabajan en el ámbito de la restauración.
En estos tres años sus encuentros con el Papa Francisco han sido varios. En julio del 2022, pudieron saludar al Papa Francisco tras la Audiencia General en la plaza de San Pedro del Vaticano gracias a la mediación de la periodista española Eva Fernández que les ayudó entonces a escribir en español un mensaje que condensaba todo su agradecimiento: “!Gracias por traernos a Italia! Mis hijos ahora tienen una vida mejor que en Irak y Chipre. Gracias por permitirnos ser sus vecinos!”.
El más reciente fue el 5 de febrero, poco antes de que el Papa Francisco ingresara en el hospital Policlínico Gemelli de Roma donde estuvo ingresado 38 días por una neumonía bilateral. “En esa ocasión me confesó que estaba muy enfermo y que se sentía cansado, pero nunca pude pensar que aquella era la última vez que lo vería”, concluye Imán.